lunes, 4 de mayo de 2009


Y te espero mañana de trinos,

en este lar de tantos,

aquí tu paz es vicio,

y un color oscuro,

aquí mi don es llanto,

de tu zorzal libertad entre muros.


Y te espero,

amada,

por tu calor precioso,

que es amor sin nada,

porque soy tuyo siempre,

yo te espero,

con sabor de hoy celoso,

que no seré,

ni querré que me tiente.


Porque sin más,

me entregue a quererte,

a desear que el mundo,

no ansíe su suerte,

sino tu roce áureo,

que no avive ya el humo,

sino la llama inmortal,

de tu ardor fausto.


Y te espero con flores de ensueño,

al despertar,

y serte,

al descubrir tu seno,

y tu canción de arrullo,

al desear saberte,

tan divinal,

que me harás un murmullo.

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