
El cavilar tan fugaz que atisba,
en el caer abismal de cegueras,
ya perderá la razón en marismas,
por ruin andar sin sanar su cojera.
Y ante un Ser virginal se entregue,
por un perdón que de luz blanca sea,
por un volver a nacer yerto bregue,
hasta beber la pasión que desea.
Encontrará en su don añil meta,
caminará la sazón y su veta,
hasta saber del amor,
la vida.
Y brotará rubí flor en su pecho,
y dormirá dulce paz en su lecho,
hasta saber del amor,
la vida.
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