jueves, 5 de febrero de 2009


lucen los días su luz arrogante,
y esa verdad de celar lo eterno,

y así, carnívoros van zozobrantes,
por esa vía que da al infierno,

hasta allí yo guste conformarte,
y agresor invadí tu mundillo,

y tan rosácea fue cada parte,
tan virginal el sabor de su brillo,

que no dudé y esculpí los momentos,

estos que habrán de llorar mis lamentos,

el blanco día final,
sagrado,

en el que fiel sangraré la estaca,
que matará mi piedad de resaca,

hasta nacer ante vos nuestro evo.

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