algunas velas lo hacía algo raro,
a ese lugar de truenos,
y ese lugar, sus tragos,
nos alcanzaba en risas,
hasta un lugar muy lejos,
hasta un lugar de verdad, que lastima.
y con un son al hablar mirábamos,
alrededor, el tiempo,
y se veía insano,
y su pasión, que mata,
aparecía al verlo,
y su color no era Dios, sino rabia.
y vacilé esos días de poeta,
y vacilé el mundo,
que inventó mi guerra,
y vacilé el vino,
a nuestro sol, a uno,
sí, vacilé el amor, el destino.
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